Stories (ES)

Gustavo del Valle

A primera vista

Por Estela Ferrer

Pocas veces he tenido la oportunidad de acercarme a una producción más auténtica y sincera. El disfrute del proceso de concepción de sus piezas: desde la fotografía que funge como referente hasta la fundición y el ensamblaje, es fundamental en la producción de Gustavo del Valle. Y es que el artista encuentra en la manualidad, en el trabajo físico -una actitud que lo acerca a la ocupación del constructor- la condición primera del arte. En esta especie de vuelta al oficio, también se permite el goce puro del acto creativo, el juego con las formas y el movimiento.

Si bien sus trabajos más recientes se han centrado en la escultura, Valle ha logrado desde sus inicios en el 2006 hacer un ciclo de crecimiento que comenzó en cuadros de acento realista, donde privilegiaba el retrato de personajes de la ciudad, y evolucionó a la escultura en aluminio y bronce. Tanto en su período iniciático, como en la etapa actual de franca madurez, sus creaciones no pueden desligarse de inquietudes de carácter social: ¿dónde quedó el individuo, el ser, dentro de un proyecto ecuménico de “hombre nuevo”?

En medio de la masa, las singularidades se pierden y anulan. Por tanto, sus retratos eran una forma de contrarrestar esta condición. Asimismo, la escultura como medio devino la solución para tantas interrogantes al permitirle hablar sobre un proyecto social en pausa, tan detenido en el tiempo como sus figuras.

La silueta, como forma, a partir de la representación de sujetos reales de los que documenta gestos y acciones, le permite crear obras cuya finalidad es el disfrute de la estética del movimiento. Como herramienta discursiva, implica la construcción de una analogía. El ser despojado de su esencia, dentro de este proyecto inconcluso, no es más que un figurante, o sea, se encuentra tan vacío de su condición individual como un objeto seriado.

La anulación del yo en la sociedad cubana contemporánea es la mayor disyuntiva a la que nos enfrenta Gustavo del Valle. El carácter cíclico del fenómeno se refleja en la reiteración, erigiéndose cada silueta en una gran metáfora. De un arte de sello más contestatario el artista se ha transformado en un cronista de la vida cotidiana, de donde extrae sus personajes en un afán incansable de privilegiar lo anónimo.

El enfoque social de su producción, abarca tanto su concepción formal-el carácter inamovible de sus esculturas, así como la textura cortante y cruda de sus obras donde jamás encontraremos un acabado preciosista, es una alusión directa a la realidad de este minuto-como la recopilación de sus materiales de trabajo. La materia prima seleccionada, antes de ser fundida ya es portadora de una historia propia. Precisamente, la masa resultante de este proceso es empleada en la conformación de sus ensamblajes. Es una acción donde en cierta medida reemplea todas las vivencias anteriores y las adjudica a las nuevas formas.

Gustavo del Valle intenta desde la representación escultórica de la silueta, hablar del vacío y la despersonalización. Por tanto, sigue estando presente en sus piezas una relación entre lo sociológico y nuestro tiempo. Todo ello, por supuesto, siempre y cuando no se pierda la principal motivación de su arte: la pasión de crear.

Ver más obras del artista