Stories (ES)

Julio César Llópiz

De adulterios y promiscuidades. Breviario acerca de las relaciones transnacionales de Julio César Llópiz. (Obra en progreso)

Por Raquel Cruz Crespo

(…) «se trata de imitar a la naturaleza. Pero, por supuesto, no en su apariencia –proyecto del realismo ingenuo–, sino en su funcionamiento: utilizar el caos, convocar el azar, insistir en lo imperceptible, privilegiar lo inacabado. Alternar lo fuerte, continuo y viril, con lo interrumpido y femenino. Teatralizar la unidad de todos los fenómenos. Olvidar el resto. Pero no hay resto.»
Severo Sarduy

UNO (de la Antigua Grecia)
Julius, antes de salir disparado en un rapto de creación, arrebato de hiperactividad manual, padece largos períodos de idearización (así, con r). Entonces se deja seducir por los retruécanos del concepto; constantemente erotizado ante La Idea y sus poderes místicos, su decadencia terrenal, su total y completa naturaleza de loca, perversa, mercenaria… / Adepto de Kosuth y su tropa, experimenta el arte como Idea sobre el arte… y luego sobre otros tantos asuntos realmente menos densos y vaporosos, como buen ciudadano del trópico que es. Quizás es por esto que, en lo que al conceptualismo se refiere, lo asume más bien como una plataforma desde la que se lanza hacia las artes visuales; una especie de credo, o filosofía, que de tan incorporada termina permeando cualquier superficie donde se recueste. Sin llegar a los rigores espartanos de los señores americanos, que los extremos, ya se ha visto, son como son. / En el terreno de lo conceptual, Julito es, sin lugar a dudas, un true believer. Y, paradójicamente, un filisteo incircunciso.

DOS (del Imperio Romano)
Aquí Julio César apela al cuerpo del deseo. Y, si se puede, en altocontraste. En cierto período fue moda (y casi modismo) aquello de que el medio es el mensaje. Y, como bien es sabido, una idea o concepto no es más que un conocimiento o representación mental, ergo amorfa (más que abstracta): de ahí la importancia de la Forma. / El apego al diseño se desprende de una necesidad ingente de comunicar, conformar, transmitir, y hacerlo bien. Era lógica, entonces, la inclinación hacia una disciplina en la que orden y metodología no se riñen con creatividad e ingenio. / El Diseño, según entiendo, como herramienta, y no como fin. No es que se trate de andarse insistiendo con la función, praxis, finalidad… aunque, y valga decirlo, incluso con estos detalles es extraordinariamente respetuoso Julito. / El Diseño, según él mismo, por la manera (idónea) en que resuelve la emisión del mensaje.

TRES (del Contemporary United States)
El máximo de precisión. La síntesis (que no la escasez, cuidado), formal y conceptual, que no siempre son interdependientes. El minimal, damas y caballeros, el minimal. Así de simple (que no de banal).

CUATRO (del ballú de Lola)
Él viene de todas partes, y se desenvuelve en una atmósfera de voluntario desprejuicio. De modo que no privilegia ningún tipo de solución, metodología, soporte o técnica. Eso sí, mind over matter: primero la idea (porque primero fue la palabra) (1), que a medida que se consolida casi que se materializa sola, como una cumplimentación natural de sí misma. / Provocador, como debería ser el buen arte, ese que es para ver, sentir y, oh dichosos aquellos que lo disfrutan, pensar. / Contestatario, pero solo lo suficiente, que no se trata de una pose.
COROLARIO: Ojo + mente ÷ mente – ojo (Walter De María)
Para los vagos: Usar el diseño para aludir a los asuntos del arte. Estos, como es lógico, se ajustan a la finalidad sin fin kantiana.

Continuará…


1 Aunque no siempre, recuérdese que primero creó Jehová a los animales, y luego los llevó ante el hombre (Adán, que a su vez en ese exacto momento también carecía de apelativo) para que los nombrara. Así, aunque solo muy de vez en cuando, un estímulo formal (algún pomo de cristal, quizás) es el que desencadena la tormenta, desmitificando la unilateralidad del presupuesto causa-efecto. Y en sintonía, además, con su política de no ser un cuadrado.

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