Territorio Comanche, recinto de arte
Por Madeleine Sautié Rodríguez
Como una enorme página en blanco se ofreció un espacio en la Casa de México Benito Juárez, ubicada en el centro histórico de la capital, para que el artista Niels Reyes desarrollara allí su obra audiovisual Territorio Comanche / Cabeza de Vaca.
“Es como una reminiscencia de mi infancia”, explicó a Granma Reyes, al referirse a la muestra, que estará exhibiéndose durante todo el mes de junio y en cuya convocatoria de presentación se advierten, paradójicamente ligados –justificados tal vez por las expectativas del artistas-, dos conceptos: inauguración y clausura.
La acción plástica, cuyo proceso instalativo se estuvo realizando durante quince días, y pocas horas de concluido dio paso a su apertura; consiste en un proyecto en el que su autor pretende “conseguir efectos sensoriales por medio de un proceso de impulso gestual. El Territorio Comanche es el espacio, que veo como una especie de hostilidad; Cabeza de Vaca soy yo. Trato de dar pistas, quiero que la gente reaccione, que cuando entre al espacio, salga exaltado, que no luche contra el cúmulo de sensaciones y se lleve toda esa carga. Ese es el reflejo que quiero dar”.
Para ello despliega la pintura –en el sentido más recto de la palabra- al azar de los gestos, “a lo que salga” del movimiento de las manos, es decir, sin el propósito de esbozar uno u otro rasgo, sino que ellos mismos hablen una vez concebidos y consigan sugerir.
“Estaban las pinturas. Me dio por agredir con colores y formas a ver que pasaba.” A la entrada del “territorio”, área que, incluidos el techo y el suelo, han sido invadidas por colores vivísimos, casi estridentes, al que se le proyectan luces y música, rezan unas consejas del explorador y conquistador español Alvar Núñez, Cabeza de Vaca (1490-1557), quien estuvo estrechamente ligado a la tribu amerindia comanche, uno de los tópicos que titulan la muestra. Mientras, al costado, un documental exhibe todo el proceso de trabajo llevado a cabo por el artista.
Graduado del Instituto Superior de Arte, el autor poco le importan las palabras, “nada tienen que ver con las imágenes”. Su ilimitado poder creativo ha conseguido transformar no solo un espacio en otro al llenarlo de expresión por medio de la pintura; también el espectador, seducido por la belleza del “territorio”, no es ya el que ha sido –como pretendía el creador- cuando abandona el lugar.
“Toda mi intencionalidad se queda ahí, es efímera. No me importa la durabilidad de la obra sino la de la emoción que ella guarda”.