Stories (ES)

Richard Somonte

Magnetismo elocuente

Por Hortensia Montero

La filiación al plano bidimensional en la obra de Richard Somonte defiende su lealtad al dibujo y la pintura, asumida con una intensa y exitosa dedicación desde sus primeros trabajos, que han ido evolucionando hasta alcanzar una mágica interpretación del paisaje, que ha sido asumido de diversas maneras, en sus sucesivas etapas. Su quehacer nos remite a expresiones geométricas, que lo convocan en su desarrollo, a la configuración de montañas, permeadas del magnetismo que evoca el entorno cromático de sus auténticas creaciones.

Su trayectoria denota una proyección afianzada en el poder simbólico de los atributos utilizados en la aprehensión de un imaginario, cuya construcción pictórica está matizada por metáforas, apoyadas en la experimentación, que distingue la concepción y la estructura formal de sus composiciones. Su coherente proceso evolutivo dentro del paisaje describe su trayectoria marcada por la concreción de una cosmovisión signada por la búsqueda de efectos táctiles y visuales, que lo conducen al contrapunteo visual de superficies diversas como recurso inspirador de sus inquietudes formales, sin perder el equilibrio compositivo.

Argumenta su proceso creativo desde la influencia que ejercen los diversos factores sociales y culturales que le circundan. Crea estructuras pictóricas, las cuales revelan la sedimentación de sus experiencias vitales en un peculiar universo individual.

Heredero del patrimonio visual del paisaje, su discurso estético se centra en la magia de composiciones con una iconografía distintiva, colmadas de colores y apoyados en su empatía con el expresionismo abstracto. El enlace de los elementos abarca todo el área real del soporte, dando lugar a un nuevo espacio conceptual. En su trayectoria, Tres árboles alineados, 2015, tinta sobre papel, constituye una formalización estética de acento retiniano. El resultado es un agradable conjunto de proyección lineal, apoyada en la técnica del puntillismo, resuelta magistralmente con el color verde, rojo y azul, que logra involucrarnos emocionalmente.

Dotado de un vital afán creativo, su dominio de las técnicas pictóricas se aprecian en Montaña y nube, 2016, en óleo sobre madera, en la cual combina los recursos gestuales de la pintura desde una postura que asume la percepción de la realidad. Tal parece que la nube se apoya sobre una elevada montaña, lo que provoca una ilusión visual notable en lo escarpado de la elevación. Demuestra cómo sus presupuestos estéticos constituyen hitos en su discurso creativo, asumido desde elementos simbólicos, con independencia del lenguaje empleado y los referentes utilizados.

Montañas constituye una representación tridimensional ejecutada con óleo sobre ladrillo para referenciar una modalidad novedosa dentro de su discurso. Su agudeza artística entabla un vínculo novedoso cercano a la escultura, que delata la creciente búsqueda y la experimentación constante de su relación con el entorno.

Los diversos lenguajes asimilados por el artista -quien los transforma y adapta a su propia forma de hacer- constituyen diferentes enfoques estilísticos. En su ejecutoria contrasta la unión de atractivas formas sujetas al sentido del ritmo y la economía tonal de los colores, mediante ingeniosos recursos y sugestivas texturas. Valiéndose de artilugios constructivos, apoyados en la geometría, coloca formas visualmente opuestas, que provocan el sentido dinámico del conjunto en el espacio gráfico. El diseño estricto de sus realizaciones se colma con el acabado perfeccionista y pulcro garantizados por una técnica avezada y una formación magistral. Su imaginación y el equilibrio logrado en el manejo de las formas, que van más allá de un propósito decorativo, consigue un efecto especial.

Su relación con el entorno reafirma su sentido de pertenencia en una impronta que se nutre de la realidad, expresada con la vivacidad del color, la espontaneidad de los trazos y el carácter de los contrastes, elementos que conforman su estilo. Erige su poética con sencillez, sin negar el rigor, la creatividad y el afán innovador de su lenguaje. Cada obra se va estableciendo durante el acto creativo en una experiencia significativa, traduciéndose de hecho, en un acto de expresividad formal. Bajo estas estrategias temáticas, asume una poética personal con una proyección universal, abordada con el reflejo intimista de una visión introspectiva.

Intenta apresar y traducir a un código accesible la presencia del paisaje desde la exteriorización de su personalidad y de su poética. Su proyección vital denota una vocación humanista y su quehacer refleja los subterfugios y desgarramientos propios de la creación artística, que lo define con un trabajo a tono con la riqueza y variedad que ofrece la plástica contemporánea. Del arte de plasmar el entorno vital ha hecho su sello inconfundible.

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