La obra de José Báez (Ciego de Ávila, 1974) trasciende las convenciones pictóricas, sumergiéndose en un universo simbólico donde el signo adquiere una profunda significación. En sus creaciones, encontramos un diálogo íntimo entre el ser humano y el cosmos, donde cada trazo y símbolo es una expresión de esa conexión ancestral.
Desde una perspectiva investigadora, Báez explora las raíces antropológicas y ontológicas de la representación visual. Su obra se convierte en un estudio profundo del ser humano y su relación con el entorno, donde los símbolos se convierten en puentes hacia lo divino y lo trascendental.
A través de una investigación intuitiva, Báez revela códigos ocultos que residen en las capas más profundas del subconsciente humano. Sus obras no buscan cambiar la realidad, sino más bien reinterpretarla a través del prisma del mito y la cosmovisión ancestral.
La síntesis estructural y conceptual de su obra se manifiesta en la integración armoniosa de símbolos de diversas culturas y su interacción con los códigos creados por él mismo. Cada obra es un acto de comunión con el universo, una expresión de la conexión íntima entre el individuo y el cosmos.
En resumen, el arte de José Báez no solo es una exploración estética, sino también un viaje hacia lo profundo del alma humana y su relación con lo trascendental. Es un llamado a la introspección y a la conexión con nuestras raíces más primigenias.
