Stories (ES)

Francisco Masó

Post PostProducción

Por Francisco Masó

“Aprende de lo que no te gusta”
Robert Venturi

Actualmente, paralelo a la producción audiovisual de bajo presupuesto financiada por instituciones estatales y ONGs, y determinada por las archiconocidas condiciones económicas de la realidad cubana -que escapa a las dinámicas de producción y distribución establecidas a nivel mundial-, existe una pseudoproducción que progresivamente ha venido estructurándose aprovechando las ventajas de los medios digitales de las nuevas tecnologías y las condiciones de políticas coyunturales de un país emergente como Cuba, para establecer un sistema de re-producción y re-distribución funcional de carácter monopolista. Pero, la expansión de dicho sistema es el resultado de la explotación lucrativa de la propiedad intelectual que va desde la omisión de las políticas protectoras de la autoría hasta la inexistencia de un mercado interno de producciones accesible económicamente a la media general, que suplan las insuficiencias de consumo en las redes comerciales sustentadas por el Estado.

Hoy día, es una realidad el gran interés y práctica de ver películas entre la población cubana, pero dicho indicador positivo -en ascenso- no guarda correspondencia alguna con el consumo popular en los espacios de exhibición, sino que responde esencialmente al acceso popular al DVD pirata, como símbolo de la demanda del mal gusto y las necesidades para satisfacerlas. Conjuntamente a la democratización popular del DVD Player, el DVD se ha convertido en el soporte comercial idóneo en el consumo de las copias de cine por sus cualidades tecnológicas en la grabación, almacenamiento y reproducción de materiales digitales. Por ello, es envidiable la colección de géneros (acción, policiaco, aventura, terror, ciencia ficción, comedia, drama, etc.) de los puntos de ventas (particulares) de CDs y DVDs piratas -legalizados por la Ley- que se han establecido como las bases de suministro audiovisual de nuestra sociedad, vendiendo una noción de garantía y profesionalismo en un producto elaborado con recursos alternativos y fórmulas que recrean una estética de lo original. El uso de forros de nylon, sobres de cartulina e impresión de coloridas carátulas ha generado una nueva estética kitsch; la estética underground del CDs y DVDs comercializa una visualidad que amplía las zonas del gusto, incidiendo en el rango de lo “normal” de la percepción colectiva. La venta de música, series televisivas, filmes, documentales y shows es una actividad profesional cedida al lucro, y su distribución ha sido confiada a «creadores» que ofrecen compilaciones de material copiado en grandes anaqueles de madera y cartón como panorámica de una cultura original emergida de la copia, y desarrollada por la reproductividad infinita del producto. Muchos portales y ventanas constituyen los espacios adquisición de materiales de conocimiento. Es un universo construido por personas amateurs de formación estética básica o nula, que mezclan desenfadadamente en sus PC-licuadoras imágenes, músicas, tipografías y efectos para producir una feria de malas formas nacidas de la reapropiación y el ensamblaje postmoderno. Es la expresión estética de un sector poblacional que ha logrado una solvencia económica de la estructuración del mercado negro.

El consumo pirata generado por las ventas de discos, ha favorecido las prácticas ilícitas de otros sectores estatales e industriales, y a su vez está contaminando sectores de los medios masivos de comunicación como la televisión; y la falta de leyes prohibitivas que penalicen el tráfico de la propiedad intelectual ha permitido el desarrollo de un imperio que al margen de la ignorancia y la desinformación se está convirtiendo en un modo de vida, en un proceso sociocultural.

Como representación cultural del mal gusto, el kitsch ha sobrevivido en nuestra sociedad como lastre del subdesarrollo consciente, como expresión cultural de operaciones emergentes ejecutadas sobre bases socioculturales inestables. Somos testigos de una nueva estética del kitsch derivada del fenómeno de la re-reproducción, que se ha desarrollado en relación con otros fenómenos socioculturales como las modas y melodías foráneas de gran incidencia en el estándar estético actual.

Por tales motivaciones, Post PostProducción es un proyecto encaminado a la investigación del fenómeno de la piratería audiovisual en Cuba y su repercusión en la percepción colectiva, saturada de materiales digitales (películas, documentales, novelas, series, shows, etc.) manipulados por las variantes de negocios underground ilícitos existentes en la sociedad; es una propuesta con un especial interés en mostrar las estructuras que sustentan tal fenómeno, y su repercusión sobre nuestra percepción individual, como parte de una conciencia encaminada a producir una histeria colectiva de formas caóticas. Intento visualizar tales expresiones adoptando las formas estéticas y mecanismos generados por el fenómeno como elementos de producción. Este proyecto constituye una suerte de test acerca del gusto, que estimula a través de expresiones vernáculas una conciencia estética sobre el fenómeno; que busca establecer una crítica de nuestra percepción como principio de consumo, y cuestionar la educación estética de la sociedad, perdida en la constante asimilación de nuevas formas.

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